sábado, 21 de mayo de 2011

No le gusta viajar

En el restaurante donde trabajo, el borracho que suele pasar todo su día ahí estaba contando que su mujer irá unos días a Roma de vacaciones. Todos le preguntamos por qué no se fuera con ella y el nos dijo que no tiene ganas y que ella está loca, porque no hace falta ir hasta Roma, o cualquier otro lugar, para divertirse: son suficientes el bar al lado de casa y los amigos de siempre.
 Bueno, he pensado, a el no le gusta viajar... Luego, atónita, me fijé mejor en esto: a el no le gusta viajar... ¿Como puede ser que a alguien no le guste viajar? ¡Me parece tan inconcebible!
Viajar es alejarse de la vida diaria para ver sitios diferentes, encontrar gente diferente, vivir de manera diferente. Es un cambio, una pausa de la realidad. Viajar permite de soñar, de trabajar con la imanación, de confrontarse con otras culturas.
¡El mundo es tan vario! ¿Como no se puede tener la curiosidad de ver sitios diferentes del propio alrededor?
Yo no tengo mucho dinero y, aun, no he podido viajar mucho, pero me gustaría tener dinero para poder viajar. Prefiero comprarme un vestido menos, pero tener el dinero para viajar.
Me gustaría visitar las ciudades mas modernas, los monumento mas antiguos, las montañas mas altas, las llanuras infinitas, los bosques con los arboles mas altos, los ríos mas largo, y los sitios mas áridos. Me gustaría ir a Japón y pasear por las calles llenas de luces y el día siguiente visitar los templos, disfrutando de su atmósfera y silencio. Me gustaría disfrutar de la tranquilidad del desierto y luego ir a alguna ciudad ruidosa, moderna y llena de luces. Me gustaría ver los barcos y los hoteles mas caros, donde solo los mas ricos pueden entrar, y luego ir a dormir en el dormitorio de un hostal, a lado de otros estudiantes que, como yo, no tienen dinero.
Me gustaría ver el sol de medianoche y la noche polar.
Me gustaría ver todo... conocer a la gente de cada sitio, y aprender de ella. Me gustaría conocer culturas diferentes y llevarme algo de cada una, para poder comprender mejor las costumbres de las personas.
El borracho del restaurante tiene razón, ¡no es importante el lugar, cuando la compañía es buena! Pero ¡nada puede sustituir el placer de viajar! Yo necesito viajar y me parece tan raro que haya gente que no lo necesite.



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