viernes, 10 de agosto de 2012

De jardinera

Por primera vez he cortado los céspedes de mi jardín.
Desenrollando el cable del cortacésped, que, la ultima vez, había sido doblado de manera perfectamente ordenada, yo lo hice un lío inimaginable... Desenredarlo fue como desenredar unos 20 cables de los auriculares.
He logrado no cortarme ninguno de los pies! Considerando lo torpe que soy, ¡¡¡ha sido un gran resultado!!! Casi igualmente contenta me ha hecho el no cortar el cable, junto a los céspedes. ¡Otro gran resultado! Me he mantenido concentrada, con el cable siempre a mi derecha, para no meterlo bajo la maquina y para no tropezar en el, cuando andaba hacia atrás, e intentando no vivir en otros planetas, como suelo hacer la mayor parte del tiempo...
He sido el almuerzo de los malditos mosquitos tigre que han elegido mi jardin como sus hogar, y, ahora, paso el tiempo raspandome, mas de lo que haría si tuviera pulgas. Antes de empezar el trabajo, me había olvidado de ponerme un repelente. ¿¡¿He dicho ya que soy torpe y que vivo en otro planeta?!?
He peinado el prado con un rastrillo por un tiempo mas largo de todo lo que he empleado en total, en toda mi vida, para peinar mi mismo pelo! Mientras lo hacia, intentaba escapar de una avispa que seguía volando a mi alrededor, sin saber donde posarse, molestada por el rastrillo. Tengo fobia de las avispas, y, realmente tenia miedo de que me picara, pero, seguro, mi vecinos han pasado un buen rato, mirando la rara danza que estaba haciendo yo, intentando huir, o, por lo menos alejarla o evitarla.
No he tenido problemas para quitar y reponer el recogedor de hierba, mientras pensaba que habría debido pasar 10 minutos intentando encastrarlo.
No he podido enrollar el cable tan bien como lo hace mi hermano, pero, ¡¡¡que no se le ocurra decirme nada de como lo he hecho yo, porque, mientras yo intentaba no cortarme un pie, era comida por los mosquitos, huía de la avispa y sudaba recogiendo la hierba, el estaba relajado, tumbado en una playa o bañandose en las aguas transparentes de los mares italianos!!!
El resultado de esta experiencia: ¡¡¡soy una mujer fuerte, independiente, que podría sobrevivir hasta en la jungla!!! De todas formas, la próxima vez que será necesario cortar los céspedes, mi hermano estará en la casa y dejaré a el la fatiga. Yo me quedo solo con la conciencia de que yo también puedo hacerlo muy bien.
Dicho esto, voy a beber 2 litros de agua para hidratarme, y, como una cabra emana un olor mas agradable que el mio, voy a pasar la próxima media hora en la ducha, gustando ya la pizza que voy a cocinar después, y que tanto le gusta a mi hermano, intentando devolverle la envidia que el me está dando por estar tan cerca del mar, que yo tanto necesito.


domingo, 22 de julio de 2012

No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti

Cuando era pequeña, mi padre me dio un ensañamiento: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti". Esto me llevó a preocuparme por los demás cada vez que mis acciones pueden afectarles.
Un día, hace unos años, me encontré en la entrada de la universidad con una chica de primer año, que nunca había visto antes, que me preguntó algo sobre los autobuses: no sabia como llegar a la plaza donde habría debido coger el autobús para su pueblo, en unos cuarenta minutos.
Yo no se mucho de autobuses, porque odio cogerlos. En una ciudad como la mía, donde la gente usa el coche hasta para ir al baño, es muy fácil que se creen atascos y mi autobús necesita, para ir a mi casa, el mismo tiempo que yo, andando, así que, con cualquier tiempo prefiero ir caminando.
No se si fue porque comprendí las ganas que tenia la chica de llegar a su casa lo mas pronto posible, o si fue el hecho que ella no tenia paraguas en un día en que, hace horas, llovía muy fuerte, pero, como yo, volviendo a casa, habría pasado por la plaza donde tenia que ir ella, le ofrecí media plaza bajo mi paraguas.
Odio los paraguas grandes. Siempre he odiado mucho el hecho de tener que llevarse todo el día aquel objeto porque, quizás, mas tarde podría llover o porque, aunque hay mucho sol, cuando salí, estaba lloviendo, así que solo uso uno que aquellos que se pueden doblar y poner en el bolso en cualquier momento. Por supuesto es muy cómodo, pero es pequeño y, para 2 personas, puede no cumplir completamente su función. Esto es lo que realmente pasó. Mitad de mi cuerpo estaba protegido y seco, la otra mitad se mojó totalmente, como si hubiese estado en una ducha. Ademas la cremallera de mi famosa chaqueta rosa se abría y las gotas de lluvia podían entrar y mojarme hasta dentro la manga.
Cuando llegué, por fin, a casa, tuve que darme un baño para quitarme el frío que me habría provocado la ropa mojada. Mientras me relajaba en la bañera, me pregunté si realmente habría sido útil preocuparme por esa chica, y si esto es lo que se gana preocupandose por los demás, fijandose no solo en si mismo, sino también en las necesidades de los demás.
Mirando al exterior, el mundo está lleno de gente egoísta, que se preocupa solo por si mismo, que solo quiere lograr lo que quiere, no importa como, que solo mira a su objetivo, que ha conquistado posiciones, dinero, y hasta novios o amistades con cualquier medida, con el egoísmo, con la deshonestidad y con el engaño, y...... Aparece feliz.
No es que yo no esté feliz... En realidad lo estoy bastante, pero, muchas veces, me he chocado con el egoísmo de los demás, que me ha dañado, mientras yo intento poner cuidado para no dañarles. Con esto no quiero decir que soy perfecta... Seguro, muchas veces he dañado yo también a algunas, pero, normalmente, no lo hago con malas intenciones, no lo hago para ser feliz yo. ¿Es verdad lo que nos enseñan desde pequeños nuestros padres, o los libros o las películas? Al final siempre ganan los buenos, ¿ realmente así? Ya no estoy tan segura, pero, no creo que quiera cambiar mi manera de ser, no creo que me sentiría bien, no creo que podría ser feliz, y las palabras de mi padre siempre me volverían al oído para recordarme lo correcto.

martes, 31 de enero de 2012

Una tarde de invierno

Está nievando.
Hace unas horas la nieve está cayendo muy fina y está cambiando todo el paisaje. Aun no está todo cubierto, pero ya hay otra atmosfera: todo es más luminoso, silencioso y magico.
Hace mucho frio y dicen que en los proximos días la temperatura va a bajar aun más.
Miro a mi alrededor, respiro profundamente, dejando que el aire frío llene mis pulmones, y voy con la mente a Buenos Aires, a mi casa.
Alla son las 5 de una caliente tarde de verano. La gente lleva ropa muy fina, y, seguro, alguien está tomando el sol el terraza o bañandose en la pileta.
Intento recordar la terraza, sus colores, sus olores, pero el frío me devuelve a la realidad y a mi paisaje blanco. No me puedo imaginar un lugar con calor. No me parece posible que yo también, hace un mes, me bajaba a la casa porque el sol y el calor eran tan fuertes que no podia aguantar mucho tiempo en la terraza. No me parece posible que alguien esté haciendo lo mismo ahora.

sábado, 7 de enero de 2012

Regresar

El peor momento de mi regreso fue en el taxi. Me parecia de estar en una pesadilla: despues de cerrar la puerta me volvi hacia mis companeros y el taxi se puso en movimiento y los pude ver volver hacia la casa, mientras se estaban haciendo siempre mas lejanos y pequenos. Algo me estaba alejando, algo independiente de mi voluntad, porque yo queria seguir estando con ellos. No podia estarme realmente pasando esto. Lloré un poquito, pero el taxista me distrajo, empezando a charlar.
Llegué al aeropuerto sin grandes problemas, a parte no saber moverme bien con todas las maletas que tenia y el miedo de perder u olvidarme algo en algun lado.
Alla encontré la sorpresa: avion demorado de 4 horas! Salida a las 2:30. Adios jamon serrano, adios Madrid! Adios a mi idea de dar una vuelta por el centro de Madrid para ocupar mis 6 horas de escala.
Me puse en la cola para el check-in y, justo detras de mi, llego una pareja de italianos, en cima, con uno de los 2 accentos que odio. Unos de estos italianos que no soporto, con la mente cerrada y en su primera experiencia al extranjero, que pretendian hablar italiano en cada sitio "porque no es verdad que el espanol hablado despacio se puede comprender". Me quedé una hora y 10 en la cola, escuchando todas las tonterias  que decian.
Con la facturacion de las maletas no tuve preoblemas. Lo habia hecho por el internet por la manana y algo raro habia pasado, asi que estaba preocupada por la facturacion de una maleta mas... Todo fue mucho mas simple de como lo habia imaginado.
Iberia nos ofrecio la cena en unos de los restaurantes del aeropuerto, donde comi el peor pollo de toda mi estancia en Argentina. No me parecia posible q esto fuera mi despedida a la carne.
Alla conoci a un chico australiano muy simpatico, que solo sabia decir una cosa en espanol: "papas fritas". A pesar de mi ingles tan pobre, decidimos aburrirnos juntos, esperando el avion. Charlamos todo el rato... o, por lo menos, el charlaba y yo reia e intentaba decir algo (en serio, pese que el decia que mi ingles es bueno, necesito aprender ingles... En cima, como no es el primero chico australiano que he conocido durante mis viajes, mi amiga cree que tengo que aprender ingles porque el hombre de mi vida debe ser australiano).
Gran error que hize durante la espera, fue beber una coca cola: durante el vuelo el gas me estaba matando, hinchandose...
El vuelo fue una locura... los de Iberia son unos boludos.
Partimos a las 2:10. Habian apagado, como siempre, las luces para despegar y yo me habia quedado dormida, por el cansancio y por no pensar en lo que queria decir despegar y alejarme de alla.
Encendieron las luces otra vez: LOCOS! Por qué? Era noche! Yo segui mas o menos durmiendo, pero la luz seguia despertandome.
Empezaron a servir la cena... LA CENA?!?!?!?!?! Yo segui durmiendo... Ya nos habian ofrecido la cena en el aeropuerto, por qué darnos otra a las 3 de la madrugada? No comi, pero la luz me dejaba el celebro despierto... no podia relajarme.
Apagaron las luces solo cuando estabamos a la altura de Sao Paolo y habia amanecido ya... locos...
Por fin dormi, y mucho, hasta las 15,30 espanolas. Solo faltaban 2 horas para llegar. Nos serviron el desayuno.
Miré por la ventana y me puse triste: ya tenia otra hora, ya estaba tan lejana, ya todo era tan diferente... Pensé en mis companeros, en que estaban haciendo... Tenia ganas de llorar.
Vi Cadiz. Tan pequena, tan linda y tan lejana. Alla cambié, alla me enriqueci, alla fue el comienzo de Buenos Aires también.
Aterrizamos y ya se podia ver la puesta del sol, y el paisaje era tan frio e invernal... necesitaba el calor y los colores de Buenos Aires y la alegria que me daban. Necesitaba llorar, pero no podia.
Me fui a la puerta de mi avion hacia Milan. Ya no podia mas del viaje y habia llegado a un punto en que ya no me interesaba adonde iba, solo queria llegar a un sitio donde dormir, relajarme, quedarme sola y recordar, y llorar tranquila...
A mi alrededor se asomaron cada vez mas italianos... demasiados... y todos estaban con sus boludezes que no podia aguantar.
Un vuelo mas y llegué.
Por la noche estaba dando vueltas en mi cuarto, sin saber porque estaba alla. Escribi a mi amiga para contarle todo y no entendia porque le estaba escribiendo, en vez de contarle personalmente todo, como habia hecho durante los meses pasados, en la cocina, en frente a un vaso de cerveza.

lunes, 2 de enero de 2012

Tres meses ya

Que rapido pasa el tiempo!
Tres meses han volado y ya son mis ultimas horas en Buenos Aires.
Dejo salir las ultimas lagrimas y voy a disfrutar de estas ultimas 7 horas, intentando no volver a llorar antes que las 5.