martes, 31 de enero de 2012

Una tarde de invierno

Está nievando.
Hace unas horas la nieve está cayendo muy fina y está cambiando todo el paisaje. Aun no está todo cubierto, pero ya hay otra atmosfera: todo es más luminoso, silencioso y magico.
Hace mucho frio y dicen que en los proximos días la temperatura va a bajar aun más.
Miro a mi alrededor, respiro profundamente, dejando que el aire frío llene mis pulmones, y voy con la mente a Buenos Aires, a mi casa.
Alla son las 5 de una caliente tarde de verano. La gente lleva ropa muy fina, y, seguro, alguien está tomando el sol el terraza o bañandose en la pileta.
Intento recordar la terraza, sus colores, sus olores, pero el frío me devuelve a la realidad y a mi paisaje blanco. No me puedo imaginar un lugar con calor. No me parece posible que yo también, hace un mes, me bajaba a la casa porque el sol y el calor eran tan fuertes que no podia aguantar mucho tiempo en la terraza. No me parece posible que alguien esté haciendo lo mismo ahora.

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